Sunday, March 30, 2008

HENRY DUNANT






Henri Dunant
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Henry Dunant o Henri Dunant (Ginebra, 8 de mayo de 1828; Heiden, Suiza, 30 de octubre de 1910) fue un hombre de negocios y activista social suizo. Durante un viaje de negocios en 1859, fue testigo de las secuelas de la batalla de Solferino en la Italia de la época. Escribió sus memorias y experiencias en el libro "Un recuerdo de Solferino" que fue la inspiración para crear la Cruz Roja Internacional. En 1864 la Convención de Ginebra se basó en las ideas de Dunant y, en 1901, recibió el primer Premio Nobel de la Paz junto con Frédéric Passy.
Primeros años y educación
Dunant nació en Ginebra (Suiza), primogénito del hombre de negocios Jean-Jacques Dunant y su esposa Antoinette Dunant-Colladon. Su familia era muy devota del Calvinismo y tenía gran influencia en la sociedad ginebrina. Sus padres enfatizaron el valor del trabajo social, y su padre era muy activo ayudando a huérfanos y presos liberados, mientras que su madre trabajaba con los enfermos y los pobres. Muy influyente en el joven Dunant fue una visita a Toulon donde vio el sufrimiento de los presos.
Dunant creció en el período del despertar religioso conocido como el Réveil, y a los dieciocho años se unió a la Sociedad Ginebrina de las Almas. Al año siguiente, junto a unos amigos, fundó la llamada "Asociación del Jueves", un grupo de jóvenes que se reunían para estudiar la Biblia y ayudar a los pobres, y pasó mucho de su tiempo libre ocupado en visitas a la prisión y trabajo social. El 30 de noviembre de 1852 fundó el capítulo ginebrino de la Militó en su juventud en movimientos cristianos. En 1855 propició la "Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes" (YMCA), y tres años más tarde intervino en la reunión de París dedicada a la fundación de su organización internacional.
A los veinticuatro años, se le obligó a dejar el Collège Calvin por sus malas notas, y empezó como aprendiz en la firma de cambio de moneda Lullin und Sautter. Después de que concluyera favorablemente, permaneció como empleado del banco.
Argelia
En 1853, Dunant visitó Argelia, Túnez, y Sicilia, por encargo de una compañía dedicada a las "colonias de Setif" (Compagnie genevoise des Colonies de Sétif). A pesar de su escasa experiencia, cumplió con éxito su misión. Inspirado por el viaje, escribió su primer libro con el título "Relato de la Regencia en Túnez" (Notice sur la Régence de Tunis), publicado en 1858.
En 1856, creó un negocio para actuar en las colonias extranjeras, y después, habiendo recibido una concesión de tierras en la Argelia ocupada por los franceses, una compañía de cultivo y comercio del maíz llamada "Compañía financiera e industrial de los Molinos de Mons-Djémila" (Société financière et industrielle des Moulins des Mons-Djémila). Sin embargo, la tierra y los derechos sobre el agua no se asignaron claramente, y las autoridades coloniales no cooperaron mucho. Como resultado, Dunant decidió apelar directamente al emperador francés Napoleón III, que estaba con su ejército en Lombardía en aquella época. Francia estaba luchando junto al Piamonte-Cerdeña contra Austria, que ocupaba gran parte de Italia. Los cuarteles de Napoleón estaban ubicados en la pequeña ciudad de Solferino. Dunant escribió un libro en alabanza a Napoleón III con la intención de presentárselo al emperador, y entonces viajó a Solferino para encontrarse con él en persona.
Batalla de Solferino
Dunant llegó a Solferino en la tarde del 24 de junio de 1859, el mismo día en que tuvo lugar una batalla entre los ejércitos austriaco y franco-piamontés que combatían en la guerra italiana. 38.000 heridos, agonizantes o muertos permanecían en el campo de batalla, y había pocos intentos para ayudarlos. Impresionado, el propio Dunant tomó la iniciativa de organizar a la población civil, especialmente las mujeres y las chicas jóvenes, para proporcionar asistencia a los soldados heridos y enfermos. Carecían de suficientes materiales y el propio Dunant organizó la compra de lo que se necesitaba y ayudó a levantar hospitales de campaña. Convenció a la población para que atendiese a los heridos sin fijarse en qué bando del conflicto estaban por el lema "Tutti fratelli" (Todos son hermanos) acuñado por las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione del Stiviere (Provincia de Mantua). Tuvo éxito igualmente para conseguir la liberación de médicos austríacos capturados por los franceses.
La Cruz Roja
Al regresar a Ginebra a principios de julio, Dunant decidió escribir un libro sobre sus experiencias, que tituló "Un Souvenir de Solferino" (Un souvenir de Solferino). Se publicó en 1862 en una edición de mil seiscientas copias y se imprimió a costa del propio Dunant. En el libro, describió la batalla, sus costes, y las caóticas circunstancias que la siguieron. También desarrolló la idea de que en el futuro una organización neutral debería existir para proporcionar cuidados a los soldados heridos. Distribuyó el libro a muchos líderes políticos y figuras militares en Europa.


Dibujo de los cinco fundadores del Comité Internacional.
Dunant comenzó a viajar por toda Europa promocionando sus ideas. Su libro fue recibido positivamente, y el Presidente de la Sociedad Ginebrina para el Bienestar Público, el jurista Gustave Moynier, hizo del libro y sus sugerencias el tema de la reunión de 9 de febrero de 1863. Las recomendaciones de Dunant se examinaron y se valoraron positivamente por los miembros. Ellos crearon un comité de cinco personas para investigar más la posibilidad de llevarlo a cabo e hicieron de Dunant uno de sus miembros. Los otros fueron Moynier, el general del ejército suizo Henri Dufour, y los médicos Louis Appia y Théodore Maunoir. Su primera reunión el 17 de febrero de 1863 se considera hoy en día la fecha de fundación del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Desde el principio, Moynier y Dunant tuvieron discrepancias y desacuerdos en relación con sus respectivas visiones y planes. Moynier consideraba la idea de Dunant de establecer protecciones neutrales para los cuidadores imposible de realizar y advertía a Dunant en que no insistiera en este concepto. Sin embargo, Dunant continuó defendiendo su posición en sus viaes y conversaciones con políticos de alto rango y militares. Esto intensificó su conflicto personal entre Moynier, que abordó el proyecto de manera bastante pragmática, y Dunant, que era el idealista visionario entre los cinco, y llevaron a que Moynier atacara a Dunant por el liderazgo.
En octubre de 1863, catorce estados participaron en una reunión en Ginebra organizada por el comité para discutir la mejora del cuidado a los soldados heridos. El propio Dunant, sin embargo, fue sólo un líder por protocolo, debido a los esfuerzos de Moynier por disminuir su participación. Un año más tarde, una conferencia diplomática organizada por el Parlamento Suizo llevó a la firma de la primera Convención de Ginebra por doce estados. Dunant, de nuevo, se ocupó sólo de organizar el alojamiento de los asistentes.
Período de olvido
Los negocios de Dunant en Argelia habían sufrido, en parte por su devoción hacia sus ideas. En abril de 1867, la bancarrota de la firma comercial Crédit Genevois llevó a un escándalo que lo involucró. Se vio forzado a declararse en bancarrota y fue condenado por el Tribunal Mercantil de Ginebra el 17 de agosto de 1868 por prácticas engañosas en la bancarrota. Debido a sus inversiones en la firma, su familia y muchos de sus amigos se vieron profundamente afectados por la caída de la compañía. La protesta social en Ginebra, una ciudad de hondas tradiciones calvinistas, también le llevaron a separarse del Comité Internacional. El 25 de agosto de 1867, dimitió como Secretario y el 8 de septiembre se le apartó totalmente del Comité. Moynier, que había devenido Presidente del Comité en 1864, interpretó un protagonista en su expulsión.
En febrero de 1868, su madre murió. Más tarde ese año fue también expulsado del YMCA. En marzo de 1867 abandonó su ciudad natal, a la que no volvería nunca más. Los años siguientes, lo más probable es que Moynier usase su influencia para asegurarse de que Dunant no recibiera ayuda de sus amigos. Por ejemplo, el premio medalla de oro de Ciencias Morales en la Exposición Universal de París, no se le dio a Dunant, como estaba planeado, sino a Moynier, Dufour y Dunant todos juntos de tal manera que el dinero del premio sólo fuera al Comité en su conjunto. La oferta de napoleón III de hacerse cargo de la mitad de las deudas de Dunant si los amigos de Dunant le asegurasen la otra mitad fue también frustrada por los esfuerzos de Moynier.
Dunant se trasladó a París, donde vivió en condiciones miserables. Sin embargo, continuó con sus ideas y planes humanitarios. Durante la guerra franco-prusiana (1870-1871), fundó la "Sociedad de Socorro Mutuo" (Allgemeine Fürsorgegesellschaft) y pronto la "Alianza Común para el Orden y la Civilización" (Allgemeine Allianz für Ordnung und Zivilisation). Propugnó negociaciones de desarme y la creación de un tribunal internacional para mediar en los conflictos internacionales, una idea que tiene ecos de proyectos futuros, como los de la UNESCO. También abogó por la creación de un estado judío en el área de Palestina/Israel.
Sin embargo, debido a su continua dedicación a las ideas, se despreocupó más de su situación personal y sus ingresos, contrayendo más deudas y siendo ignorado por sus conocidos. A pesar de ser nombrado miembro honorario de las sociedades nacionales de la Cruz Roja de Austria, Países Bajos, Suecia, Prusia y España, fue casi olvidado en el discurso oficial del Movimiento de la Cruz Roja, incluso cuando rápidamente se expandía a nuevos países. Vivió en la pobreza, trasladándose a varios lugares entre 1874 y 1886, incluyendo Stuttgart, Roma, Corfú, Basilea, y Karlsruhe. En Stuttgart conoció al estudiante de la Universidad de Tubinga Rudolf Müller con quien tuvo una estrecha amistad. En 1881, junto a amigos de Stuttgart, fue a la pequeña localidad de Heiden por vez primera. En 1887 mientras vivía en Londres, empezó a recibir algo de apoyo financiero mensual de algunos familiares lejanos. Esto le permitió vivir una existencia más segura, por lo que se trasladó a Heiden en julio. Allí pasó el resto de su vida y después del 30 de abril de 1892 vivió en un hospital dirigido por el doctor Hermann Altherr.
En Heiden, conoció al joven maestro Wilhelm Sonderegger y su esposa Susanna; le animaron a escribir las experiencias de su vida. La esposa de Sonderegger fundó una rama de la Cruz Roja en Heiden y en 1890 Dunant se hizo su presidente honorario. Con Sonderegger, Dunant esperaba promocionar más sus ideas, incluyendo la publicación de una nueva edición de su libro. Sin embargo, más adelante su amistad se volvió tensa, debido a las injustificadas acusaciones de Dunant de que Sonderegger estaba de algún modo conspirando contra Dunant con Moynier en Ginebra. Sonderegger murió en 1904 a la edad de sólo 42 años. A pesar del mal momento por el que pasaba su relación, Dunant se sintió muy conmovido por su inesperada muerte. La admiración de Wilhelm y Susanna Sonderegger por Dunant, sentida por ambos incluso después de las alegaciones de Dunant, pasó a sus hijos. En 1935, su hijo René publicó una colección de cartas de Dunant a su padre.
Vuelta al recuerdo público


Memorial Henry Dunant en Heiden, Suiza.
En septiembre de 1895, Georg Baumberger, el editor jefe del periódico de St. Gallen Die Ostschweiz, escribió un artículo sobre el fundador de la Cruz Roja, a quien había conocido y con quien había conversado durante un paseo por Heiden un mes antes. El artículo se titulaba "Henri Dunant, el fundador de la Cruz Roja", apareció en la revista ilustrada alemana Über Land und Meer, y el artículo pronto fue reproducido en otras publicaciones por toda Europa. El artículo llamó la atención, y recibió atención renovada y apoyo. Recibió el Premio suizo Binet-Fendt y una nota del papa León XIII. El apoyo de la zarina rusa Maria Feodorovna y otras donaciones mejoró notablemente su situación financiera .
En 1897, Rudolf Müller, que ahora trabajaba como maestro en Stuttgart, escribió un libro sobre los orígenes de la Cruz Roja, alterando la historia oficial para enfatizar el papel de Dunant. El libro contenía también el texto de "Un souvenir de Solferino". Dunant comenzó un intercambio de correspondencia con Bertha von Suttner y escribió numerosos artículos. También fue particularmente activo al escribir sobre los derechos de las mujeres y, en 1897 facilitó la fundación de la organización femenina "Cruz Verde".
Premio Nobel de la Paz
En 1901, Dunant recibió el primer Premio Nobel de la Paz por su papel al fundar el Movimiento Internacional de la Cruz Roja e iniciar la Convención de Ginebra. El médico militar noruego Hans Daae, que había recibido una copia del libro de Rudolf Müller, abogó por el caso Dunant ante el comité Nobel. Recibió el premio conjuntamente con el pacifista francés Frédéric Passy, fundador de la Liga de la Paz y activo con Dunant en la Alianza por el Orden y la Civilización. Las felicitaciones oficiales que recibió del Comité Internacional representaron finalmente la rehabilitación largamente debida a la reputación de Dunant:
"No hay hombre alguno que merezca más este honor, pues fue usted, hace cuarenta años, quien puso en marcha la organización internacional para el socorro de los heridos en el campo de batalla. Sin usted, la Cruz Roja, el supremo logro humanitario del siglo XIX probablemente nunca se hubiera obtenido."
Moynier y el Comité Internacional en conjunto habían sido también nominados para el premio. Aunque Dunant fue apoyado por un amplio espectro en el proceso de selección, era aún un candidato controvertido. Algunos argumentaron que la Cruz Roja y la Convención de Ginebra hicieron la guerra más atractiva e imaginable al eliminar algunos de sus sufrimientos. Por lo tanto, Rudolf Müller, en una carta al comité, argumentó que el premio debería dividirse entre Dunant y Passy, que estuvo durante algún tiempo en el debate como candidato a recibir el premio en solitario. Müller sugirió que si un premio debía dársele a Dunant, debería dársele inmediatamente debido a su avanzada edad y mala salud.
Al dividir el premio entre un pacifista estricto como Passy y el humanitario Dunant, el Comité Nobel sentó un precedente para las condiciones del premio Nobel de la Paz que tendría significativas consecuencias en años posteriores. Una sección del testamento de Nobel había indicado que el premio debería ir a un individuo que hubiese trabajado para reducir o eliminar los ejércitos o directamente promover conferencias de paz, lo que hizo de Passy una elección natural por su trabajo. Por otro lado, distinguir el esfuerzo humanitario en solitario hubiera sido visto por algunos como una interpretación amplia del testamento de Nobel. Sin embargo, otra parte del testamento de Nobel marcaba el premio al individuo que mejor realzara la "hermandad de los pueblos", que podía leerse de manera más general como trabajo humanitario como el de Dunant, conectado a la pacificación también. Muchos receptores posteriores del premio Nobel de la Paz pueden entenderse enmarcados en una de estas dos categorías establecidas en líneas generales por la decisión del Comité Nobel en 1901.
Hans Daae triunfó al colocar la parte de Dunant del dinero del premio, 104.000 francos suizos, en un banco noruego evitando así que lo alcanzaran sus acreedores. Dunant nunca gastó nada de ese dinero durante su vida.
Muerte y Memoria


Tumba de Henry Dunant.
Entre otros muchos premios en los años siguientes, en 1903 Dunant se le concedió un doctorado honorario por la Facultad de Medicina de la Universidad de Heidelberg. Vivió en la residencia de la tercera edad de Heiden hasta su muerte. En sus últimos años de vida, sufrió depresión y paranoia sobre persecución por sus acreedores y Moynier. Hubo incluso días en los que Dunant insistía que el cocinero de la residencia probara primero su comida ante sus ojos para protegerlo de un posible envenenamiento. Aunque siguió profesando creencias cristianas, en sus últimos años rechazó y atacó el calvinismo y la religión organizada en general.
De acuerdo con sus cuidadoras, el acto último de su vida fue enviar una copia del libro de Müller a la reina de Italia con una dedicatoria personal. Murió el 30 de octubre de 1910 a las diez de la noche, irónicamente sobreviviendo a su némesis Moynier por dos meses justos. A pesar de las felicitaciones con motivo del premio Nobel, no se reconciliaron.
De acuerdo con sus deseos, fue enterrado sin ceremonia en el Cementerio Sihlfeld en Zúrich. En su testamento, donó fondos para asegurar una "cama libre" en la residencia de Heiden siempre disponible para un ciudadano pobre de la región y legó algún dinero a amigos y organizaciones de caridad en Noruega y Suiza. El resto de los fondos fueron a sus acreedores, extinguiendo parte de su deuda; su incapacidad para satisfacer todas sus deudas fue algo que le pesó gravemente hasta su muerte.
El día de su cumpleaños, 8 de mayo se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. El edificio de la residencia de Heiden ahora alberga el "Museo Henri Dunant". En Ginebra y otros lugares, hay numerosas calles, plazas, y escuelas que reciben su nombre. La "Medalla Henri Dunant", que se da cada dos años por una comisión del Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, es su máxima condecoración.
Bibliografía
Libros en español
Dunant, H., Un souvenir de Solferino, Cesno, 2002. ISBN 84-932393-2-1
Gómez de Rueda y Abril, J. J., Pero... quién es Henry Dunant?, Albatros Ediciones, 1980. ISBN 84-7274-066-8
Hispano González, M., Henri Dunant, Hisma, 1976. ISBN 84-85270-02-9
Meurant, J., El servicio voluntario de la Cruz Roja en la sociedad de hoy, Cruz Roja Española, 1986. ISBN 84-398-7717-X.
Libros en inglés
Dunant, H., A Memory of Solferino. ICRC, Ginebra 1986, ISBN 2-88145-006-7
Boissier, P., History of the International Committee of the Red Cross. Volume I: From Solferino to Tsushima. Henry Dunant Institute, Ginebra 1985, ISBN 2-88044-012-2
Moorehead, C., Dunant's dream: War, Switzerland and the history of the Red Cross. HarperCollins, Londres 1998, ISBN 0-00-255141-1 (Tapa dura); HarperCollins, Londres 1999, ISBN 0-00-638883-3 (Rústica)
Libros en alemán
Hasler, E., Der Zeitreisende. Die Visionen des Henry Dunant. Verlag Nagel & Kimche AG, Zúrich 1994, ISBN 3-312-00199-4 (Tapa dura); Deutscher Taschenbuch Verlag, München 2003, ISBN 3-423-13073-3 (Rústica)
Gumpert, M., Dunant. Der Roman des Roten Kreuzes. Fischer Taschenbuch Verlag, Frankfurt 1987, ISBN 3-596-25261-X
Heudtlass, W., y Gruber, W., Jean Henry Dunant. Gründer des Roten Kreuzes, Urheber der Genfer Konvention. 4. Auflage. Verlag Kohlhammer, Stuttgart 1985, ISBN 3-17-008670-7
Enlaces externos
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Société Henry Dunant (en francés)
Biografía de Henry Dunant (en francés)
Biografía del Nobel Henri Dunant
Movimiento de la Cruz Roja y Premios Nobel Texto completo de "Un souvenir de Solferino"

1 comment:

RadioMaggie said...

wow esta super bien la historia...
me he quedado perpreja. quien lo escribio?